2 años han transcurrido desde el 31 de julio de 1981, cuando el general Omar Torrijos no concluyó su último vuelo hacia Coclesito.
Con esta frase, Martín Torrijos Espino quien preside la fundación Omar Torrijos y actual precandidato a la presidencia de la República, iniciaba su discurso ante un nutrido auditorio.
Durante su intervención señaló que “Nadie puede estar preparado para un vacío tan hondo como el que nos tocó vivir ese día. Ese fatídico día yo perdí a mi padre y Panamá perdió a un líder”.
Torrijos describió a su padre como un líder que fue capaz de interpretar la necesidad de transformar las estructuras políticas, económicas y sociales de un país profundamente desigual y excluyente.
Destacó que su padre dirigió con creatividad y realismo un equipo que supo negociar con éxito y valentía los Tratados Torrijos-Carter. “Fue un visionario, un patriota que amaba a Panamá y a su pueblo. Y sobre todo, fue un hombre al que no se le podía poner precio”.
Acumular riqueza no fue su fin ni estaba en su ser. Al contrario, su mayor satisfaccion la encontró recorriendo su país, en su patrullaje doméstico; buscando soluciones y oportunidades para la gente humilde de su país.
Hoy lo recuerdo, no sólo por ser mi padre, sino por sus principios; por su dignidad, por ser coherente con lo que dijo y lo que hizo, señaló Torrijos Espino.
Durante su discurso sostuvo que “Tenemos un país profundamente desigual en lo social y un sistema democratico erosionado por el clientelismo y la corrupcion. Es por eso, por todo lo que falta por hacer, que el ejemplo de Omar, su ideario y su legado hoy nos convocan nuevamente”.
Para Torrijos es importante rescatar a Panamá con un proyecto de nación donde todos seamos parte o vamos a ser arrastrados por aquellos que abrieron el camino para repartirse el país.
“La nación no puede quedarse a la deriva, sin dirigentes honestos, sin liderazgos con visión. Tenemos que salir juntos de este hoyo, rehacer instituciones, hacer los cambios, incluyendo la forma y el método de gobernar”.
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