Portobelo es sin lugar a dudas un lugar rico en historia. Sus cañones y ruinas fueron testigos no solo del comercio del oro, sino del comercio de esclavos.
En la actualidad, la ciudad de Portobelo recibe a visitantes nacionales y extranjeros quienes van en busca de conocer y aprender de esa historia que data de hace cuatro siglos atrás.
El Museo de la Memoria Afropanameña, es el lugar donde se cuenta la historia de forma didáctica y atractiva que logra captar la atención de niños, jóvenes y adultos.
Jim Dalling es profesor de biología de la Universidad de Illinois, tiene 31 años visitando Panamá y en Portobelo ha estado en más de una ocasión. Junto a sus estudiantes de biología recorrieron el sitio donde los jóvenes conocieron a través de una narrativa diferente la historia de nuestros afrodescendientes.
Alberto Barrera, encargado del edificio de la Real Aduana, lugar que alberga el museo recibe a turistas nacionales y extranjeros con gran amabilidad; es quien guía y orienta con datos históricos. No cuenta con piezas como en los museos tradicionales, sino que hay un guion museográfico que tendrá dos vertientes, además de ser accesible, interactivo e inclusivo, cuenta con su contenido en sistema braille.
Cuenta Barrera que en la primera sala se relata la historia de los esclavizados desde el momento que llegaron a Portobelo y su desarrollo en la sociedad, su participación dentro de la economía de Portobelo y sobre los procesos de liberación que surgieron.
Mientras que en la segunda sala se habla sobre esa herencia inmaterial de los afrodescendientes, como las expresiones culturales congo lo relacionado a sus rituales y creencias, las tradiciones del Cristo Negro, la historia de cómo llegó a este lugar, la gastronomía y música de Portobelo.
Barrera señaló que al mes reciben entre mil y dos mil visitantes, algunos provenientes de Francia, Estados Unidos y Japón, quienes quedan maravillados con la historia que se relata dentro del lugar.
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